19 de mayo, día nacional de la dignificación de la comadrona, Iyom y/o Ratit Akal
El papel e importancia de las comadronas es vital en las comunidades a donde no llegan los servicios de salud, un derecho reclamado pero que no se cumple para miles y miles de campesinos y campesinas.
En muchas comunidades de las distintas regiones de Guatemala, tradicionalmente las mujeres en estado de gestación, confían el control y cuidado de su embarazo a mujeres que han heredado la misión de comadronas. Muchas de ellas, han recibido este don de sus madres y abuelas. Otras, a través de sueños o por su nahal de nacimiento. Así se encaminan en la ruta del cuidado y el acompañamiento a quienes vienen a este mundo.
El oficio de comadrona es ancestral. En los mitos de la creación de nuestros pueblos, ellas están presentes. Son una pieza fundamental en el tejido de saberes y conocimientos puestos al servicio de la salud y bienestar de las y los recién nacidos.
Una comadrona puede ser a la vez Ajqij -guía espiritual- o hierbera -conocedora de las plantas medicinales- e incluso enfermera. Es un oficio que suma varios oficios en sí mismo, a la vez que representa a una autoridad en el mundo de la medicina ancestral. Por esta razón, la comadrona es apreciada y respetada en la comunidad. Muchas de ellas, también encarnan la figura de “madrina” de las niñas y niños que han nacido con el apoyo de sus manos.