Las organizaciones integrantes del Frente Indígena Campesino de Iximulew, manifestamos nuestra solidaridad con el pueblo Q’eqchi’, ante la ola de represión política, gubernamental y extrajudicial que están sufriendo. Condenamos los ataques brutales, extrajudiciales y paramilitares que se desarrolla sistemáticamente, especialmente en contra del pueblo Q’eqchi’; los crímenes en contra de Carlos Mucú, Misael López y la desaparición forzada de Carlos Enrique Coy y ahora los hechos violentos ejecutados la noche del 15 de agosto del presenta año en la comunidad de Cubilgüitz, Cobán A. V., en contra de la vida de 40 familias que reclaman su derecho a la tierra, estos actos se suman a la evidente incapacidad y la nula voluntad política gubernamental para resolver la conflictividad agraria que se existe en dicho territorio y en todo el país.
Las 40 familias agredidas tienen más de 15 años de estar asentadas en el lugar a partir de que, luego de muchos años de trabajar para la familia Dieseldorff, fueron despedidas sin el pago de sus prestaciones salariales. Dado que son familias campesinas del pueblo Q’eqchi’, desde entonces han reclamado que se les entregue tierra en pago de sus prestaciones. La propietaria Dorothee Anne Diesseldorff Neal de Glimderse se ha negado a responder a esta justa demanda y ha presionado y logrado que algunos de los extrabajadores acepten un el pago equivalente a un tercio de lo que justamente corresponde; sin embargo las 40 familias agredidas siguen exigiendo el pago digno de sus derechos laborales equivalentes a 4 manzanas por familias más el lote donde actualmente viven, sin embargo los Dieseldorff, que desde 1890 se fueron adueñando de decenas de fincas, que en el tiempo de su mayor auge, llegaron a equivaler aproximadamente la mitad del departamento de Alta Verapaz, se niegan a acceder a esas demandas y han presionado a las familias para que se desliguen del CUC.
En ese contexto que aparece César Montes con su agrupación, jugando el papel de grupo de choque en favor de los finqueros ya que se presentan donde hay lucha por la tierra y comienzan a amedrentar a las y los campesinos, hasta lograr su desalojo. Esta forma de operar les resulta convenientes a los terratenientes que utilizan sus guardias privadas o grupos como el de César Montes para atacan a familias que luchan por la tierra, aparentando enfrentamiento entre campesinos, tal ya lo han hecho en distintos lugares, en el Valle del Polochic.