El 29 de mayo de 1978, el parque de Panzós, Alta Verapaz, una lucha legítima de campesinas y campesinos en contra del despojo de la madre tierra se tiño de rojo con la muerte de centenares de hombres y mujeres que reivindicaban su derecho a la propiedad de la tierra.
La masacre de Panzós, no solo significo la perdida de muchas y valiosas vidas humanas, sino que fue la primera masacre efectuada pública e impunemente en la plaza del pueblo; el Ejército apostado en lugares estratégicos disparó indiscriminadamente contra hombres, mujeres y niños, tal hecho, está presente en la memoria de los sobrevivientes de las y los habitantes de Panzós.
Este lapso cruel de la historia de Guatemala debe permanecer en la memoria de todas y todos, pues 44 años después de la masacre y 26 años de la firma de la paz, la lucha por la recuperación de la tierra y la defensa del territorio sigue siendo la lucha por la vida, y su vigencia radica en el despojo que hoy por hoy enfrentan los pueblos indígenas contra las empresas extractivas en especial el pueblo maya Q’eqchi´ que resiste ante las empresas de palma aceitera, caña de azúcar, la minería y las hidroeléctricas en su territorio.
Los asesinatos, desalojos judiciales y extrajudiciales, la criminalización, el encarcelamiento de lideresas y líderes ha sido la estrategia de los poderes oscuros en Guatemala para frenar las luchas de los pueblos. El actuar de las empresas está plenamente apoyado por funcionarios públicos que deberían garantizar la seguridad y la vida de las familias indígenas y campesinas, sin embargo, el fortalecimiento del pacto de corruptos y la impunidad con la que funciona pone en total desventaja y desprotección a la mayoría de la población.
El empobrecimiento, la falta de atención a las necesidades más sentidas, el alto costo de los artículos de la canasta básica, la cooptación de las instituciones, la corrupción y la impunidad demandan nosotros y nosotras a seguir las enseñanzas que nos heredaran nuestros abuelos y abuelas que fueron masacrados en el parque de Panzós. Por eso decimos “Porque ellas y ellos nos señalaron el camino, sus huellas jamás se borrarán”.
Los responsables de la masacre de Panzós y de muchos otros hechos contra la vida de defensores y defensoras de derechos humanos y de la Madre Tierra, durante el conflicto armado interno y de hechos recientes deben pagar por los daños cometidos contra la población y nuestra tarea es no olvidar lo sucedido y reivindicar la memoria de ellas y ellos, porque nuestro camino es la lucha y “esta lucha esta abonada con la sangre derramada” y por eso seguimos exigiendo “verdad y justicia”.
A 44 años de la masacre de Panzós, exigimos:
- Verdad y justicia. Juicio y castigo a los responsables.
- No más desalojos en contra de comunidades indígenas y campesinas.
- No al saqueo de los elementos naturales.
- No más presos políticos y criminalización de las luchas en defensa de la madre tierra, el territorio, el
agua y la vida.
- No al pacto de corruptos y al robo de los recursos del Estado.
Panzós heroico; ayer, hoy y siempre
Porque ellas y ellos nos señalaron el camino; sus huellas jamás se borrarán
Cabeza clara, corazón solidario y puño combativo de las y los trabajadores del campo
COMITÉ DE UNIDAD CAMPESINA -CUC-
ASOCIACION EQUIPO DE ESTUDIOS COMUNITARIOS Y ACCION PSICOSOCIAL-ECAP-
ASOCIACIÓN DE VIUDAS Y HUÉRFANOSAVIDESMI
FUNDACIÓN GUILLERMO TORIELLO
IXIMULEW, 29 DE MAYO 2022
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