Cientos de comunidades se han visto afectadas por las lluvias torrenciales provocadas por la depresión tropical Eta, en medio de la pandemia del coronavirus y afectados profundamente por el robo de cientos de millones de quetzales que deberían servir para mejorar las condiciones de vida de las y los guatemaltecos y que ha ido a parar a los bolsillos de los corruptos.
Decenas de comunidades inundadas y aisladas, casas e infraestructura dañada, cientos de hectáreas de cultivos campesinos perdidos totalmente por los ríos desbordados, ausencia de albergues y hacinamiento de familias es el panorama que se vive en el Valle del Polochic y diversos municipios de las tierras bajas de Izabal, Alta Verapaz y El Quiché. Exigimos que, así como los anteriores y el actual gobierno se han gastado cientos de miles de quetzales para movilizar efectivos policíacos y militares que únicamente llevan temor y zozobra durante los estados de excepción, ante esta tragedia el Estado lleve ayuda de emergencia, albergue y apoyo para la reconstrucción y la recuperación de los cultivos perdidos.
En las tierras altas de Alta Verapaz, El Quiché y Huehuetenango, las lluvias torrenciales han provocado derrumbes que han causado pérdida de vidas humanas, destrucción de viviendas y cultivos, así como el corte de carreteras por los derrumbes. Como en otras tragedias, la respuesta gubernamental está ausente, es lenta o ineficiente.
Exigimos total transparencia y rendición de cuentas detalladas por cada centavo utilizado ante esta tragedia, ya que tenemos la experiencia que otros estados de calamidad han sido utilizados criminalmente, para robos descarados por parte de funcionarios, políticos y empresarios corruptos.
La ayuda del Estado debe llegar de forma ágil, oportuna y necesaria. No es posible que mientras altos funcionarios ganan decenas de miles de quetzales en salarios exagerados, las instituciones del gobierno actúen improvisada e ineficientemente, como lo han hecho durante la pandemia. Por eso demandamos que el gobierno, en lugar de estar solicitando más recursos, utilice los miles de millones de quetzales que ministerios y dependencias del gobierno no han tenido la capacidad de ejecutar a la fecha, para llevar ayuda a las familias damnificadas.
Solicitamos al Pueblo de Guatemala su solidaridad ante esta situación y recordamos que, durante estos meses de pandemia, los alimentos que llegaron a las mesas de las familias guatemaltecas, han provenido de las manos campesinas que no se han detenido trabajando de sol a sol para producir alimentos, muchas de las cuales ahora han perdido cultivos, animales, vestimenta y vivienda. Como ha sucedido en otras tragedias, solicitamos a las comunidades y familias que no han sido afectadas que, con corazón solidario y generoso, extiendan su mano para ayudar a las y los necesitados.
También pedimos a la población guatemalteca, a las organizaciones, iglesias, periodistas y universidades que exijan la rendición de cuentas por parte de este gobierno, que explique dónde están los miles de millones que se aprobaron para la pandemia y que todas y todos sabemos que no han llegado a las familias más necesitadas. Esos fondos no utilizados deben de servir para enfrentar la pandemia del coronavirus que no ha cesado y ahora, para las y los damnificados de la depresión tropical Eta.
Cabeza Clara, Corazón Solidario y Puño Combativo
de las y los Trabajadores del Campo
Comité de Unidad Campesina
CUC
Guatemala 6 de noviembre de 2020