TREINTA AÑOS DE LUCHAR POR LA JUSTICIA Y CONTRA LA IMPUNIDAD

El Comité de Unidad Campesina, con diversos actos conmemorativos, entre ellos una vigilia en la que fuera la sede de la Embajada de España, rindió un sentido homenaje, este 31 de enero de 2010, a la memoria de los héroes y mártires caídos en la Masacre de la Embajada de España, el 31 de enero de 1980.

 

El Comité de Unidad Campesina recordó a las hermanas y hermanos caídos en la Embajada de España. Porque ellas y ellos nos señalaron el camino, sus huellas jamás se borrarán.

En aquella ocasión, un grupo de compañeros organizados en el Comité de Unidad Campesina y líderes estudiantiles, sindicales, de pobladores y cristianos, ingresaron de forma pacífica en la embajada para llamar la atención y denunciar ante el pueblo de Guatemala y el mundo entero las masacres y la represión que estaban sufriendo en el Departamento de El Quiché por parte del ejército.

Apenas cuatro horas después de la pacífica ocupación, efectivos del cuerpo de Detectives Judiciales, Inteligencia del Ejército (G-2), y decenas de agentes uniformados y de civil de la Policía Nacional fuertemente armados, iniciaron el asalto a la sede diplomática destruyendo las instalaciones y quemando vivas a 37 personas, cumpliendo órdenes directas de un gobierno dictatorial y represor que no quería dejar ni un testigo vivo.

 

Imágenes como esta no deben repetirse más en la historia de Guatemala. Los culpables tienen que ser juzgados.

El objetivo de la masacre era dar una sangrienta lección a las organizaciones populares que en esas fechas mantenían una constante actividad de denuncia; no obstante las intenciones del gobierno criminal de Lucas García chocaron contra la valentía, organización y conciencia de las y los trabajadores que quedó demostrada días después, cuando estalló la histórica Huelga de la Costa Sur de 1980 que movilizó a más de 80 mil trabajadores, paralizó todos los ingenios azucareros y logró un aumento salarial de más del 100%. Asimismo el 14 de febrero de 1980 líderes indígenas se reunieron en Iximché, la que fuera capital de los kakchiqueles, para denunciar ante el mundo la continuidad de la discriminación, represión y masacres, realizadas por los invasores extranjeros y continuada por sus descendientes.

Treinta años después de aquellos hechos, el crimen sigue impune. Ni uno solo de los responsables, por todos conocidos, ha sido capturado y juzgado. Por eso, el Comité de Unidad Campesina denuncia la impunidad que todavía persiste en Guatemala y sigue luchando para que se juzguen a los asesinos por los crímenes cometidos contra el pueblo; pero recordando también que el esfuerzo no sólo se limita a la persecución y condena de los genocidas, sino que seguimos trabajando por una justicia integral que atienda las demandas y necesidades relativas a la tierra y el territorio, el respeto por los derechos laborales de las y los trabajadores del campo, el desarrollo comunitario, contra la discriminación y la opresión de las mujeres, la defensa de la Madre Tierra y por los derechos de los Pueblos Indígenas.

Seguimos, treinta años después, renovando el compromiso, el espíritu, el coraje y la valentía de nuestras compañeras y compañeros fallecidos para luchar contra estos gobiernos corruptos que venden y regalan nuestra Madre Tierra a manos de los ricos nacionales y extranjeros que hoy vienen otra vez a saquearnos. En honor de nuestros mártires y héroes seguimos propagando el eco de las palabras que cierran la histórica declaración de Iximché: ¡Que todos se levanten, que se llame a todos!¡Que no haya ni uno ni dos grupos entre nosotros que se quede atrás de los demás!

Porque el color de la sangre jamás se olvida, los masacrados serán vengados

Cabeza Clara, Corazón Solidario y Puño Combativo

de las y los Trabajadores del Campo

Comité de Unidad Campesina

-CUC-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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