Cuarta Etapa (1996-)

El CUC después de la firma de la paz

En diciembre de 1996 concluyeron las negociaciones de paz entre la URNG, el gobierno y el ejército, poniendo fin a 36 años de conflicto armado en Guatemala. El CUC emprendió entonces la lucha por el cumplimiento de los Acuerdos de Paz, aunque las causas que generaron el conflicto armado siguieron existiendo: el militarismo, la extrema pobreza, la injusta distribución de la tierra, la explotación laboral, la discriminación contra los pueblos indígenas y la impunidad de los responsables de masacres y asesinatos.

La situación de los campesinos no mejoró con el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, porque las instituciones creadas para dar solución al conflicto agraria nacieron sin facultades para atender los problemas estructurales, y la distribución de la tierra en Guatemala sigue siendo la más injusta de América Latina.

En 1998 se realizó la Sexta Asamblea Nacional del CUC, donde se definieron las líneas de lucha: Acceso a la Tierra, Derechos Laborales, Desarrollo Comunitario y Participación Ciudadana; poniendo énfasis en la participación activa de las mujeres y jóvenes y en la lucha por el cumplimiento de los Acuerdos de Paz.

Ante el incumplimiento de los acuerdos de paz y la falta de atención al conflicto agrario, el movimiento campesino tuvo que fortalecer la lucha por la tierra. En el 2000 campesinos del CUC participaron en la primera gran movilización organizada por las organizaciones de CNOC después de la firma de la Paz, cuando más de 40 mil campesinos bloquearon las principales carreteras y los accesos a la capital para presionar al gobierno y exigirle la creación de una Mesa de Negociación de Alto Nivel.

La movilización le costó la vida al miembro del CUC, Teodoro Saloj Panjoj, quien fue asesinado por la Policía Nacional Civil en Los Encuentros, Sololá, asesinato que ha quedado impune a pesar de que la Procuraduría de los Derechos Humanos responsabilizó al Estado de Guatemala y a 10 miembros del Servicio de Inteligencia Criminal de la PNC del asesinato. Este asesinato dio inicio a una nueva escalada de represión y asesinatos impunes a miembros del movimiento campesino después de la firma de la Paz.

En los años 2001 y 2002 siguieron las ocupaciones y recuperaciones de fincas nacionales, baldías y ociosas, demandadas por los campesinos sin tierras bajo el lema: Ocupar, resistir y producir, y se realizaron grandes movilizaciones campesinas. Las acciones respaldaban la propuesta política del movimiento campesino sobre Desarrollo Rural Integral, que fue aprobada por el Encuentro Campesino Nacional, realizado por CNOC en 2001.

Nuestra lucha en la actualidad
En mayo 2003 se realizó la Séptima Asamblea Nacional del CUC en la búsqueda de una nueva estrategia de la lucha campesina, y en enero 2005 se celebró la Asamblea Extraordinaria donde se aprobó el plan estratégico con los actuales ejes de lucha.

El CUC rechazó la aprobación de la Ley General de Concesiones, porque constituye el mecanismo legal para aplicar el TLC y que privatizará los servicios básicos que los guatemaltecos reciben por el pago de sus impuestos. A finales del 2004 miles de campesinos de Sololá y el Quiché bloquearon la carretera interamericana en los Encuentros para impedir el paso del camión de una empresa minera. La respuesta del gobierno fue mandar al ejército a atacar la manifestación, donde fue vilmente asesinado el miembro del CUC, Raúl Castro Bocel.

La lucha contra el TLC siguió en el 2005 con grandes movilizaciones en varios puntos del país, entre ellos Colotenango, Huehuetenango, donde la policía y elementos del ejército a atacaron contra los maestros y campesinos que protestaban, asesinando al dirigente del Comité de Unidad Campesina CUC, Juan López Velásquez, y dejando heridas a otras doce personas.

Defensa de la soberanía de los pueblos y sus territorios
El 8 de junio de 2004 el CUC participó en la creación del Movimiento Indígena, Campesino, Sindical y Popular -MICSP-, y asumió una posición de lucha, organización y denuncias sobre los efectos que trae la ratificación y publicación inmediata del TLC. Antes de su ratificación se hicieron llegar al gobierno diversas propuestas y planteamientos respecto a la problemática del Desarrollo Rural, Reforma Agraria, Reformas a la Legislación Laboral, Catastro y Seguridad alimentaria, a las cuales no se recibió ninguna respuesta.

El CUC rechazó la aprobación de la Ley General de Concesiones, porque constituye el mecanismo legal para aplicar el TLC y que privatizará los servicios básicos que los guatemaltecos reciben por el pago de sus impuestos. A finales del 2004 miles de campesinos de Sololá y el Quiché bloquearon la carretera interamericana en los Encuentros para impedir el paso del camión de una empresa minera. La respuesta del gobierno fue mandar al ejército a atacar la manifestación, donde fue vilmente asesinado el miembro del CUC, Raúl Castro Bocel.

La lucha contra el TLC siguió en el 2005 con grandes movilizaciones en varios puntos del país, entre ellos Colotenango, Huehuetenango, donde la policía y elementos del ejército a atacaron contra los maestros y campesinos que protestaban, asesinando al dirigente del Comité de Unidad Campesina CUC, Juan López Velásquez, y dejando heridas a otras doce personas.

La lucha de los pueblos indígenasLa lucha de los pueblos indígenas
A través de su participación en Waqib’ Kej, el CUC aportó en la organización y realización de la Tercera Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala en Iximche’ en marzo 2007. A partir de la cumbre retomamos aspectos fundamentales como la autonomía y libre determinación de los pueblos indígenas, la defensa de los territorios contra el saqueo de las empresas mineras y los mega proyectos, y la necesidad de una refundación del estado para permitir la representación directa de los pueblos y nacionalidades indígenas.

La Novena Asamblea Nacional
En la Novena Asamblea Nacional en mayo 2007 se reafirmó que se estaba viviendo un nuevo despojo a los campesinos de sus tierras con la explotación minera y petrolera, las grandes hidroeléctricas y otras grandes construcciones contempladas en el Plan Puebla-Panamá.

Las delegadas y delegados de las comunidades indígenas y campesinas que forman nuestra organización reafirmamos que ante estas amenazas, el único camino que nos queda es Resistir, Luchar y Avanzar y al mismo tiempo recuperar las enseñanzas de nuestros abuelas y abuelos para defender nuestro territorio y nuestras tierras, así como nuestra cosmovisión y nuestros derechos.


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