NUESTRA HISTORIA
Fotografía: Mauro Calachina
El Comité de Unidad Campesina – CUC – surge a la luz pública en 1978; este surgimiento constituye un hecho que marcó la historia del movimiento indígena y campesino, pues aporta criterios y formas de lucha popular, consignas y métodos de organización, y sobre todo integra a la lucha campesina, el debate sobre la identidad y los derechos individuales y colectivos de los pueblos originarios, que va a marcar el desarrollo posterior de la lucha popular y de la sociedad guatemalteca.
Desde ese entonces, el CUC ha dejado huella en la historia del país y, en particular en la historia del movimiento indígena y campesino. Durante ese período se pueden identificar 4 etapas distintas en la vida de la organización.
La primera etapa se remonta a los antecedentes del trabajo que permitió el surgimiento de CUC y que tiene sus orígenes en el trabajo de acompañamiento por algunos sacerdotes, monjas, catequistas y sacerdotes mayas, ligas campesinas, cooperativas y estudiantes, indígenas y ladinos pobres, en los años de 1974 a 1976.
Esta es la primera fase que incluye el trabajo de organización previo al surgimiento a luz pública de nuestra organización. Este trabajo se realizó discretamente, en silencio y sobre todo el trabajo se centró en crear las bases organizativas y de identidad para la salida a luz pública.
La segunda fase, dentro de esta primera etapa va desde el surgimiento a luz pública el 15 de abril de 1978, el cual significó un hecho histórico porque marcó una nueva y novedosa forma de organización para la población indígena y campesina, significando un gran crecimiento del CUC.
La estrategia de lucha de la organización en estos años giró alrededor de lograr el aumento del salario mínimo, contra las agarradas para el cuartel y contra por la represión, frente a un contexto marcadamente opresivo y hostil hacia la organización popular.
Es de recordar que en febrero de 1980 se realiza la Huelga de la Costa Sur en la que alrededor de 80 mil trabajadores agrícolas entraron en huelga por aumento de salarios. Esta fase dura hasta los años de 1981 - 85, cuando se dan las grandes masacres y represión generalizada en contra de los dirigentes nacionales, regionales, locales y comunidades de base arrasadas o destruidas. Producto de esta represión, miles de compañeros salieron a refugiarse a territorio mexicano, Costa Rica, Nicaragua y otros países o bien se desplazaron al interior del país; muchos dirigentes, organizadores y bases se dispersaron y otros fueron obligados a integrase a las PAC; además varios cuadros se fueron a la clandestinidad y otros más se incorporaron a las organizaciones guerrilleras. En este contexto, el CUC abre espacios para el trabajo internacional, en la lucha por el respeto a los Derechos Humanos al denunciar la situación que se estaba viviendo en Guatemala, a partir de la Representación Internacional del CUC - RICUC – que tenía presencia en México, Costa Rica, Canadá, Brasil y en la Nicaragua Sandinista.
En esta etapa, el CUC se incorpora al Consejo Internacional de Tratados Indios (CITI), lo cual permitió que se pudieran denunciar las violaciones a los derechos humanos en Guatemala, ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
La segunda etapa inicia el 14 de marzo de 1,986 cuando se realiza una reunión extraordinaria reconstitutiva del CUC en México, donde se evaluó el papel jugado desde su creación y se define las principales líneas de trabajo y en otras condiciones de aparente apertura democrática, se reinician las actividades organizativas, de formación política y el restablecimiento de relaciones con los movimientos populares, lo cual llevó a la creación de la Unidad de Acción Sindical y Popular.
La característica principal de esta etapa, es la búsqueda de rearticulación, por la aparente apertura democrática de este momento. El papel que juega el CUC es aportar su experiencia de lucha y organización para nuevas formas organizativas y métodos de trabajo, lo cual contribuyó a la creación de CONAVIGUA, CONDEG, CERG, Majawil Q’ij, la Instancia de Unidad y Consenso Maya (que luego contribuyó al surgimiento de COPMAGUA). En 1991, diversas organizaciones campesinas convocan al Primer Congreso Nacional Campesino, como una iniciativa encaminada a la rearticulación del movimiento campesino.
En el ámbito internacional, el papel del CUC fue muy importante para la articulación del movimiento indígena y campesino a nivel continental, proceso que llevó al CUC a ser un actor activo en la preparación y desarrollo de la Campaña Continental 500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular, a partir de lo cual surge la candidatura de Rigoberta Menchú para el Premio Nóbel.
En abril de 1992, se realiza la Marcha Campesina y Popular, por el salario mínimo, contra el alto costo de la vida, por el cese de la represión y la búsqueda de la paz, que llevó a la primera reunión del CUC con el gobierno.
Esta etapa finaliza en 1,992, cuando el CUC se divide y parte de sus dirigentes, cuadros y bases campesinas forman la CONIC. Esta crisis, como es lógico, produce retrasos, limitaciones y estanca el trabajo, resintiéndose en las acciones de movilización y organización. Fueron los tiempos donde el CUC más que crecer y desarrollarse tuvo que consolidar lo que tenía y ajustar sus reivindicaciones a su propia situación. En ese entonces, el accionar se centró en las ocupaciones de fincas en la Costa Sur.
En este espacio se provoca al interno del CUC una división (1992) por un grupo de personas, que luego forman lo que hoy es la CONIC. El CUC queda con algunos vacíos que necesaria e inmediatamente se reflexionan y discuten, para adecuar y darle continuidad a su organización, participación política, cómo a sus acciones de lucha y resistencia; el CUC, continúa haciendo sus mayores esfuerzos en la lucha reivindicativa; su presencia en las comunidades; en los foros y debates que permitía mantener la legitimidad de su lucha política.
Es así que el CUC, lanza grandes jornadas de lucha cómo las del aumento al salario mínimo en el campo; en defensa por la vida; la recuperación y defensa de la Madre tierra; la identidad y derechos de los pueblos Indígenas.
En 1993 el CUC junto a CONDEG, CONIC y CONAMPRO inicia un proceso de coordinación y de unificación de planteamientos a partir de la lucha por el salario mínimo, posteriormente de cara a la mesa de negociación entre gobierno y URNG se trabaja en la propuesta Democratización en el Uso, Tenencia y Propiedad de la tierra, dicho proceso desemboca en la creación de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas –CNOC-.
La tercera etapa se ubica alrededor de la firma de los Acuerdos de Paz e incluye la participación del CUC en el II Congreso Campesino realizado por CNOC en 1998 donde se aportó cualitativa y cuantitativamente, en primera instancia, en el posicionamiento por reforma agraria desde el movimiento campesino; y en levantar e impulsar la lucha por la tierra y la Propuesta de Desarrollo Rural.
En ese entonces, la actividad del CUC y del movimiento campesino, se centra en luchar por el acceso a la tierra a través de los mecanismos establecidos por los Acuerdos de Paz, especialmente las reivindicaciones contempladas en el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas y el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, la coordinación en el seno de CNOC para la incidencia en diversos espacios. Se plantea por consiguiente las mesas de diálogo y negociación como estrategia de este momento.
De esa cuenta se participa en negociaciones con diversos gobiernos, bancadas de diputados, participación en espacios con presencia de la sociedad civil para la definición de políticas y leyes. En esta dirección se participó en la elaboración de la política y ley de seguridad alimentaria y nutricional, la elaboración de la ley del Registro de Información Catastral y la Ley Marco de los Acuerdos de Paz. Un elemento importante de esta etapa es que para el año 2000, se retoma la movilización en las calles con la marcha y movilización que realizó CNOC y en la cual se participó plenamente. Esta movilización que bloqueó, por primera vez, los principales accesos a la ciudad capital, fue el anuncia de las luchas y movilizaciones que vendrían en la siguiente etapa.
La cuarta etapa se inicia en el año 2005, alrededor de la aprobación, por parte del Congreso de la República, del Tratado de Libre Comercio – TLC – con Estados Unidos. Este hecho marca el abandono de la agenda de los Acuerdos de Paz por parte de la oligarquía y partidos políticos y el impulso de la agenda neoliberal y puesta en venta de los recursos del país. Esto ha implicado las licencias de explotación y exploraciones mineras y petroleras, la construcción de grandes hidroeléctricas con el respectivo daño a tierras y cultivos de comunidades y la construcción de megaproyectos (puertos, aeropuertos, carreteras) para convertir a Guatemala en un corredor de paso de las mercancías de Estados Unidos. En este contexto es que el CUC plantea la revisión y modificación de su estrategia y la necesidad que el movimiento indígena y campesino modifique su estrategia de lucha; por tal razón, aportamos, en el año 2006 en la realización del III Congreso Nacional Campesino. Nuestra estrategia en la actual etapa se ha basado en identificar las limitaciones que tiene la incidencia, prepararnos para una agudización de la lucha, impulsar la luchar por la Reforma Agraria y por la Defensa del Territorio y los derechos colectivos de los Pueblos Indígenas. Pero además se ha impulsado una mayor participación de las mujeres en espacios de toma de decisión y la organización y participación de las y los jóvenes. Asimismo, incorporamos el planteamiento de la agroecología en nuestra visión y práctica y se ha fortalecido la participación en espacios internacionales como la CLOC, Vía Campesina y relaciones bilaterales como sucede con el MST de Brasil, ANAP de Cuba y otras organizaciones a nivel latinoamericano.
Esta etapa se caracteriza por un mayor debate interno sobre el significado de la defensa de los derechos individuales y colectivos de los Pueblos Originarios…. la lucha por el territorio; el retomar la cosmovisión como parte de la resistencia y de la lucha, las coordinaciones y alianzas con organizaciones indígenas con las cuales convergen en principios y estrategia.
Estas grandes acciones y esfuerzos en defensa de la Madre Tierra y Territorio han llevado al CUC a conformar unidad y alianzas con organizaciones indígenas y campesinas con las cuales converge en principios y acciones, tal caso es su participación en la Coordinación y Convergencia Maya Waqib K’ej. Así también, en las Consultas Comunitarias de buena fe realizadas en diferentes regiones y departamentos en contra de mega proyectos, particularmente en rechazo a la minería.
El CUC, a su vez fortalece espacios de unidad y alianzas a nivel internacional a través de Vía Campesina y CLOC, las cuales cuestionan la ofensiva neoliberal.
La formación política en este nuevo contexto se vuelve imprescindible, dado a que el neoliberalismo, además, de ser proyecto económico y político, tiene un fuerte componente ideológico, el cual debe enfrentarse con la mayor claridad y desafió. Es así que el CUC, su enfoque lo impulsa sobre la base de la Cosmovisión Maya y la lucha de clase. | Es decir “que los pueblos indígenas y afrodescendientes tienen acciones y propuestas diferentes al sistema capitalista, ha demostrado que nunca ha sido una perspectiva para la humanidad y para la vida de la Madre Tierra, este sistema entra en contradicción con la organización y vida de los pueblos indígenas. La propiedad privada base del capitalismo, es contrario a la vida y a la unidad comunitaria. La explotación y mercantilización de la madre naturaleza está en contra con la visión sobre el respeto de la Madre Tierra. Este sistema capitalista, se caracteriza también por la explotación del hombre por el hombre, en su afán de concentrar riqueza y de los medios que la producen, dando como resultado la abismal diferencia y contradicción entre ricos y pobres”.