El precedente que establece el Gobierno de militarizar las áreas de conflicto por la vía de suspender las garantías constitucionales y lanzar sobre el terreno a sus perros de la guerra, es inaceptable. El pasado no debe volver, ni la impunidad puede seguir siendo el manto bajo el cual se abrigan todo tipo de atropellos en contra de los derechos e intereses superiores del pueblo.
Los movimientos sociales no son terroristas. Por el contrario, es el propio Estado quien siembra el terror, para defender los intereses de la familia Novella.
El actual Gobierno debe recordar que, quien siembra vientos, cosechará tempestades. Las derechas de este país deben saber que han de ponerle límites a su codicia, porque si no lo hacen, es el propio pueblo quien terminará por limitarlas.
Colom llama a los pobladores a establecer un diálogo luego de militarizar el área. No es válido dialogar cuando una de las partes apunta con un fusil en la sien de la otra. Claro que debe darse un proceso de diálogo pero en condiciones de equidad y respeto mutuo.
Para ello es precisa la mediación de actores que, como la Iglesia Católica, puedan desempeñar un arbitrio respetuoso y conciliador entre las partes.
La inteligencia, la razón, deben imponerse por encima del uso de la fuerza bruta.
Exigimos al Estado el inmediato retiro de sus tropas y que, también de inmediato, cese el Estado de Prevención. |